El cuello o la columna cervical
La columna cervical está compuesta por siete vértebras. La mayoría del movimiento de flexión y extensión en esta área proviene de la articulación superior donde el cráneo se une a la primera vértebra. La rotación del cuello se produce principalmente en la articulación entre la primera y segunda vértebras. Las demás articulaciones en la columna cervical permiten movimientos en múltiples direcciones, lo que facilita una mayor flexibilidad hacia adelante, atrás y lateralmente en comparación con otras áreas de la columna vertebral.
Es importante recordar que una mayor flexibilidad también implica mayor vulnerabilidad en las articulaciones del cuello. Nunca se debe forzar el movimiento en esta área.
Aunque la mayoría de la columna vertebral cuenta con discos intervertebrales que amortiguan los impactos, los discos en la columna cervical son los más pequeños y delgados. Además, no hay discos entre el cráneo, la primera vértebra y la segunda vértebra.
Cuando se realiza cualquier soporte de peso en el cuello, como posturas que apoyan la cabeza o los hombros, es importante abordarlo con cuidado, prestando atención a la retroalimentación corporal y progresando gradualmente en las prácticas. La columna vertebral está diseñada para soportar el peso del cuerpo a través de las vértebras grandes y los discos elásticos en la parte baja de la espalda. Sin embargo, se puede practicar de manera segura inversiones que ponen el peso del cuerpo en la pequeña vértebra del cuello siempre y cuando se tenga cuidado y se sigan principios sensatos.
Caja torácica y columna torácica (parte superior de la espalda)
La caja torácica está formada por 12 pares de costillas que se conectan a la columna vertebral en la parte posterior. En la parte frontal, las costillas superiores se unen entre sí y al esternón. Las dos costillas inferiores son más cortas y no se conectan en la parte frontal. La caja torácica tiene dos funciones principales: proteger los órganos torácicos y ayudar en la respiración, ya que los pulmones se expanden y contraen cuando los músculos mueven las costillas y el diafragma.
La columna torácica está compuesta por las vértebras de la parte superior de la espalda. Hay doce vértebras, cada una con salientes óseos a los lados para conectarse con las costillas. El movimiento en la columna torácica está limitado por las articulaciones entre las vértebras y la forma ósea necesaria para la conexión de las costillas. La columna torácica tiene menos flexión y extensión que el cuello o la parte baja de la espalda, pero permite una mayor capacidad de rotación.
Las asanas que fomentan la movilidad en la columna torácica y la caja torácica pueden mejorar la respiración, reducir el dolor de espalda, los dolores de brazos y hombros, así como los dolores de cabeza.
Parte baja de la espalda o columna lumbar
La columna lumbar está compuesta por cinco vértebras en la parte inferior de la columna vertebral.
Estas vértebras son las más grandes y están separadas por discos intervertebrales gruesos que soportan la parte superior de la columna vertebral y el peso del cuerpo.
La columna lumbar tiene un mayor rango de movimiento en la flexión hacia atrás (extensión), pero también permite la flexión hacia adelante, lateral y un grado pequeño de rotación.
Aunque la columna lumbar es fuerte y resistente, no se debe forzar más allá de su rango natural de movimiento. Las curvas hacia adelante son comunes y valiosas en la práctica del yoga, por lo que los estudiantes y profesores deben aprender a practicarlas de manera segura.
Columna vertebral y pelvis
La columna vertebral forma un túnel óseo protector para la médula espinal. En cada articulación entre las vértebras, hay un canal que permite la conexión de la médula espinal con el resto del cuerpo. Lesionar los huesos o las articulaciones de la columna vertebral puede afectar directamente estos nervios o causar inflamación que ejerza presión sobre ellos.
Esta relación directa entre la columna vertebral y los nervios nos da una razón muy importante para tratar la columna con respeto y prestar atención a las señales del cuerpo. Forzar demasiado movimiento en las articulaciones de la columna puede causar síntomas nerviosos como dolor, hormigueo o entumecimiento en las áreas a las que llegan los nervios. Es fundamental permitir que la flexibilidad se desarrolle gradualmente en cada individuo y respetar los límites anatómicos.
Cada sección de la columna vertebral tiene una curva natural. La columna cervical se curva hacia adelante, luego hacia atrás en la parte superior de la espalda, y nuevamente hacia adelante en la parte inferior de la espalda. Incluso la pelvis forma una curva hacia afuera debajo de la parte inferior de la columna vertebral. Estas curvas son importantes para el equilibrio, la distribución del peso y la postura vertical. Son naturales y varían en grado entre las personas, por lo que no es necesario tratar de «corregirlas». Si tú o tus estudiantes parecen tener una curvatura anormal en la columna vertebral, es recomendable consultar a un profesional médico para obtener orientación y asegurarse de practicar de manera segura.
Es importante recordar que la mayoría de la rotación debe provenir de la parte superior de la espalda. Si una asana es difícil de lograr, es necesario observar en qué área parece estar limitado el movimiento. Es mejor trabajar en aumentar el rango de movimiento en esa área específica en lugar de permitir que otras áreas de la columna vertebral compensen la falta de flexibilidad (considerando las lesiones o condiciones existentes).
¡Recuerda siempre escuchar y respetar tu cuerpo durante la práctica del yoga!
