La individualidad anatómica en cada persona.

Este es un aspecto esencial pero a menudo pasado por alto en la anatomía. Es información sumamente importante tanto para los practicantes como para los profesores de yoga.

Es sabido que las personas pueden variar en altura, y algunas presentan diferencias reconocibles, como hombros más anchos o pies más grandes. Sin embargo, las diferencias anatómicas normales también pueden influir en las proporciones del cuerpo, y esto afecta directamente la práctica de las asanas del yoga.

Dos personas pueden tener la misma altura, pero una puede tener un torso corto y piernas más largas, mientras que la otra puede tener un torso más largo y piernas más cortas. Al practicar la postura del niño, por ejemplo, la primera persona tendrá sus rodillas cerca de los hombros, con la barbilla inclinada hacia el cuello y la frente apoyada en el suelo. En cambio, la segunda persona tendrá las rodillas cerca de las costillas inferiores, los hombros más cerca del suelo y su cara en una posición más plana, lo que evitará que apoye la barbilla y hará que su nariz se encuentre más cerca del suelo en lugar de descansar cómodamente sobre la frente.

Estas diferencias se aplican a una gran cantidad de posturas. Las variaciones anatómicas pueden incluir la longitud de las piernas o los brazos, la longitud del torso y las diferencias en el volumen muscular, lo cual puede afectar el rango de movimiento disponible. Una persona con muslos musculosos puede encontrar más dificultad para entrelazar las piernas en la postura del águila (Garudasana) o para apilar las rodillas en la postura del nudo de los cordones (Gomukhasana), especialmente si también tienen una altura baja. Por otro lado, una persona con piernas largas y delgadas encontrará más facilidad para acceder a esas posturas, incluso si sus articulaciones no son más flexibles que las de la persona musculosa.

Otra diferencia anatómica común que puede afectar el rango de movimiento disponible es la articulación de la cadera. Esta articulación, en forma de bola y cavidad, conecta el muslo con la pelvis. La forma de la cavidad de la cadera en la pelvis y la forma y orientación de la «bola» en la parte superior del muslo pueden variar considerablemente y seguir siendo normales y saludables. Esto significa que algunas personas tendrán mayor o menor rango de movimiento en una o más direcciones en la cadera. El entrenamiento de la práctica y la flexibilidad pueden incrementar el rango de movimiento permitido por los músculos y los ligamentos, pero no modificarán la estructura ósea de una articulación. Intentar forzar un movimiento en una articulación limitada por la estructura ósea es propenso a causar lesiones, e incluso podría ocasionar fracturas.

La comprensión de estas diferencias anatómicas nos permite adaptar y ajustar las posturas de yoga de acuerdo con las necesidades individuales de cada persona. Al tomar en cuenta las características únicas de cada cuerpo, podemos practicar de manera segura y efectiva, maximizando los beneficios y minimizando el riesgo de lesiones.

Recuerda que en el yoga, la atención plena y la escucha interna son fundamentales. A medida que exploras y te conectas con tu propio cuerpo, encontrarás las adaptaciones y variaciones que mejor se adapten a ti. ¡Disfruta de tu práctica de yoga, honrando tu anatomía única!

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